El agua, aunque pueda parecer un ingrediente humilde, es uno de los elementos clave, podríamos incluso decir que el más importante, a la hora de formular un cosmético.
En las fórmulas no anhidras, normalmente está presente entre un 30% y un 90%, por lo que su calidad determina en gran medida la calidad del producto final. Aunque también las formulas anhidras se ven afectadas por el agua, ya que es el elemento principal que utilizamos para limpiar y en los circuitos de refrigeración.
Por eso es imprescindible prestarle la debida atención.
Tipos de agua en cosmética
Existe mucha confusión en la nomenclatura del agua y sus grados de calidad. Todos hemos oído palabras como destilada, desionizada, purificada, estéril, etcétera. Veamos lo que significa cada una de ellas y qué implicaciones tiene:
Agua de Red (o Potable): Es aquel agua que cumple las especificaciones sanitarias contenidas en el Real Decreto 140/2003 del 7 de febrero (regulación de España). Tiene unos límites aceptables para la presencia de microorganismos pero puede estar tratada con iones (Cloro, Fluor, Calcio, etcétera) que podrían interferir con nuestra formulación.
Agua Desionizada: Este agua ha sufrido varios procesos de filtración por el que se ha eliminado el exceso de iones. Normalmente se realiza un proceso de ósmosis inversa o de intercambio iónico (que intercambia los iones positivos por H+ y los negativos por OH-). Estos procesos que se basan en filtrados secuenciales, suelen reducir la carga de microorganismos, pero el agua no queda estéril.
Agua Purificada: Este es el tipo de agua descrita en las farmacopeas y es la recomendada para utilizar en formulaciones no estériles (como los cosméticos). Se trata de un agua desionizada que cumple con unos parámetros de calidad definidos (conductividad, recuento de microorganismos, etcétera) y que ayudan a asegurar la calidad final de los productos.
Agua Destilada: Este tipo de agua ha pasado por una destilación, es decir se ha evaporado y enfriado para eliminar los contaminantes y los microorganismos. Si se ha hecho el proceso una vez es agua Destilada si se ha hecho dos es Bidestilada. Este agua no contiene microorganismos viables (han desaparecido por el calor) pero puede contener restos de microorganismos.
Agua WFI: Es el agua utilizada para hacer inyectables. Además de eliminar los iones y microorganismos se eliminan los restos de los mismos (llamados pirógenos porque pueden causar fiebre).
¿Qué tipo de agua debo usar?
El “agua destilada” que venden en las droguerías para usar en la plancha u otros electrodomésticos no es realmente agua destilada como tal. Se trata de agua desionizada pero no sigue los parámetros de calidad aceptables. Esta no es recomendable para la fabricación cosmética ya que muchas marcas incluyen conservantes que no están obligados a reflejar en las etiquetas (o bien indican solamente “con aditivos”) que nos pueden interferir en nuestra formulación o directamente ser perjudiciales para la salud.
Para la formulación y fabricación de productos cosméticos se debe utilizar agua DESIONIZADA como mínimo, y preferentemente PURIFICADA. Es preciso guardar en la documentación del lote el certificado de análisis que nos asegure que la carga microbiológica es baja y que no contiene aditivos o iones que puedan interferir en la formulación.
Si se quiere utilizar un agua de calidad superior (DESTILADA, BIDESTILADA o WFI) se puede, pero es preciso, por el elevado coste que tiene y porque en general no es requerido que el producto final sea estéril.
NUNCA utilizar “agua destilada” de la que se pone en los electrodomésticos.
No existen unos parámetros obligatorios a cumplir para el agua de fabricación de cosméticos, si bien el agua más recomendable y aquella que nos dará mayor seguridad a la hora de fabricar y formular es el Agua PURIFICADA y la mayoría de Agencias Reguladoras así lo consideran. Según qué farmacopea consultemos, nos indicará unos límites de calidad diferentes. En la siguiente tabla están los más habituales:
USP <1231> | Ph Eur | |
Microorganismos aerobios | ≤100 UFC/ml Ausencia de microorganismos objetables | ≤100 UFC/ml |
Conductividad | ≤1,3 μS/cm a 25ºC | ≤4,3 μS/cm a 20ºC ≤5,1 μS/cm a 25ºC |
Carbono Orgánico Total (TOC) | ≤500 ppb | ≤500 ppb |
Nitratos | No mencionado | ≤0,2 ppm |
Aspecto | No mencionado | Líquido transparente e incoloro |
Bien, ya sabemos qué tipo de agua es el más adecuado pero, ¿cómo la conseguimos?
Compra de agua como materia prima cosmética
Existen proveedores que venden agua desionizada y agua purificada en bidones de diferentes tamaños. Comprar el agua nos permite tratar el agua como una materia prima más, solicitando al proveedor la documentación relativa al lote y guardándola del mismo modo que hacemos con aceites, mantecas, etcétera.
Si decidimos comprar el agua, tendremos que tener en cuenta que normalmente el fabricante solamente garantiza la calidad del agua con la confección intacta (sin abrir el envase) o bien que le da una caducidad muy baja. Por tanto tendremos que hacer una buena política de compras para almacenar la menor cantidad de agua posible y sobre todo no guardar (o limitar al máximo) envases abiertos.
Existen además del agua purificada otros tipos de agua en el mercado para la fabricación de cosméticos. Nos encontramos con Agua de Mar, Aguas de Manantial, Aguas florales, etcétera. En estos casos las consideraremos también como Materias Primas y contemplaremos las mismas precauciones que para el agua Purificada.
Instalación de un sistema de tratamiento de aguas
Otra opción es instalar un sistema de tratamiento de aguas en nuestro obrador. Existen equipos pequeños de tratamiento de aguas especialmente diseñados para laboratorios pequeños. Normalmente constan de un juego de filtros, cartuchos de ósmosis inversa o resinas de intercambio iónico y algún dispositivo de desinfección (ozono, luz UV,…) para evitar el crecimiento de microorganismos o se mantiene el agua por encima de 65ºC. Los precios de este tipo de instalaciones son muy variados y dependen de las necesidades de cada obrador.
Esta opción, aunque a primera vista parece la más cómoda, requiere que el mantenimiento y el análisis del agua vaya a vuestro cargo. Veamos qué implica:
El agua se tiene que analizar regularmente para asegurar que la calidad se mantiene (la frecuencia óptima oscila entre diaria y semanal), tomando muestras de todos los puntos de acceso (grifos) y depósitos. También es común fijar puntos de muestreo en las tuberías si éstas son muy largas. El plan de control del agua se tiene que protocolizar en un procedimiento (PNT) donde se indique la frecuencia de control, los puntos de toma de muestra (que se pueden y deben rotar) y los controles a realizar.
Además, hay que tener en cuenta que los microorganismos tienen la mala costumbre de crecer en cualquier parte. La formación de biofilm es uno de los principales quebraderos de cabeza que tienen estos tipos de instalación. Para ello, la instalación se tiene que diseñar de forma que no deje recovecos ni puntos muertos (juntas y grifos en Y, codos >90º, etcétera). No se recomiendan anillos de distribución superiores a 500m ya que facilitan el estancamiento. El agua se tiene que mantener en circulación constante y a poder ser con flujo turbulento o caliente, para evitar la proliferación de microorganismos.
Para evitar la formación de Biofilm, se recomienda utilizar acero inoxidable para las tuberías y los depósitos. Sin embargo, existen en el mercado algunos polímeros plásticos que dificultan la formación del biofilm que se pueden utilizar también. Algunos de estos polímeros plásticos son también transparentes o translucidos, lo que nos permite controlar el estado de limpieza del interior de las tuberías.
Además, se aconseja una vez al año, purgar toda la instalación y hacer una desinfección global del circuito. Para la desinfección se puede utilizar agua >80ºC u ozono. Se desaconseja utilizar desinfectantes químicos ya que pueden quedar trazas en el sistema que lleguen a los productos fabricados.
Conclusión
Al inicio del post hemos mencionado que el agua también tiene efectos indirectos en los productos anhidros, ya que la utilizamos para lavar los utillajes, equipos y utensilios. No es necesario que todo el lavado se haga con agua purificada, pero sí el último aclarado. Así nos aseguramos que no dejamos rastro de microorganismos ni iones en nuestro material. Podemos utilizar un agua de menor calidad (agua DESIONIZADA, por ejemplo) para este último aclarado, pero a la larga no vale la pena doblar instalaciones o compras por esta poca cantidad. Si tenemos un lavavajillas con baño de vapor, este último aclarado no será necesario.
Y así, por todo esto, el ingrediente más humilde de la formulación, es aquel al que debemos prestar mayor atención… El agua es una parte fundamental a tener en cuenta si estás pensando emprender tu negocio de cosmética natural.
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Referencias bibliográficas
– Farmacopea Europea.
– US Pharmacopoeia <1231>
– Manual para el Control Microbiológico de los Productos Cosméticos, Comité Asesor de Cosmetología, Ministerio de Sanidad y Consumo, 1994.
– UNE-EN ISO 22716 Productos cosméticos. Buenas prácticas de fabricación (BPF). Guía de buenas prácticas de fabricación.
– UNE-EN-ISO 6222 Calidad del agua. Enumeración de microorganismos cultivables. Recuento de colonias por siembra en medio de cultivo de agar nutritivo.