Hablar de sostenibilidad en cosmética natural es de gran interés debido a la confusión que existe entre la definición de cosmético natural y su relación con la sostenibilidad real de sus componentes o de la marca en general. En una serie de dos artículos profundizaremos sobre este tema.
¿Qué es un cosmético sostenible?
Para saber que es un cosmético sostenible debemos empezar por saber qué es la sostenibilidad. La amplitud del concepto hace que en ocasiones sea complicado concretar en la definición. Las Naciones Unidas se remontan al Informe publicado en 1987 por la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo en el que se define desarrollo sostenible como aquel que satisface “las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”.
Dentro de este entorno de desarrollo sostenible, podríamos definir al cosmético sostenible como aquel creado teniendo en cuenta su impacto medioambiental, social y económico actual y para las próximas generaciones.
A lo largo de este post, iremos concretando los diferentes puntos que hacen que podamos considerar a un cosmético como sostenible. No son pocos, pero espero que tras la lectura os quede más claro qué es necesario tener en cuenta cuando hablamos de sostenibilidad en cosmética natural.
¿Natural es sinónimo de sostenible?
Esta es “la pregunta del millón”. Y la respuesta es: no necesariamente. Un cosmético natural (considerando las definiciones marcadas en la ISO 16128-1) puede ser sostenible pero un cosmético natural no es sostenible por definición.
Que nuestra fórmula tenga ingredientes naturales o ingredientes derivados de naturales o ingredientes orgánicos, no hace que el cosmético sea automáticamente sostenible. Si elegimos para nuestra fórmula un envase de vidrio en lugar de un envase de plástico, el producto final no es directamente un cosmético sostenible. Hay muchos otros aspectos a tener en cuenta, que no son sólo fórmula o envase (que son importantes) si no toda una cadena de valor del producto que abarca los siguientes puntos:
- Diseño (I+D)
- Materiales
- Producción (fabricación + envasado)
- Distribución
- Consumo
- Post-consumo
Estrategias para aumentar la sostenibilidad en cosmética natural
1. Fórmulas green
En la etapa de I+D, ¿cómo podemos contribuir para hacer un producto más sostenible? En muchas ocasiones recurrimos sólo a la revisión del packaging pero, ¿qué hay de la fórmula?
Algunas estrategias para formular cosmética natural más sostenible son:
- Elección de métodos de elaboración en frío. Esto permite un gran ahorro de energía, ya que no es necesario calentar para poder obtener el producto final.
- Seguir la tendencia del minimalismo en cosmética y hacer fórmulas con los ingredientes justos y necesarios para conseguir el objetivo del producto.
- Formulación de productos concentrados, ya que si el producto es más concentrado pesará menos y ocupará menos espacio. Esto nos permitirá un gran ahorro en la logística tanto desde el punto de vista económico como de emisiones a la atmósfera.
Esto son sólo algunas ideas, pero por supuesto también se abre un gran campo para mejorar la sostenibilidad en cosmética natural en la elección de las materias primas. Ya lo veíamos en un punto anterior, pero el uso de la biotecnología y la química verde nos ofrece grandes posibilidades. Si quieres saber más sobre la química verde, aquí tienes sus 12 principios.
Y por supuesto las claves para aprender un mejorar en la formulación de cosmética natural, en nuestro curso de Introducción a la Formulación de Cosmética Natural para la Piel.
2. Disminuir el impacto de los envases
Actualmente el packaging recibe mucha atención cuando evaluamos la sostenibilidad de un producto cosmético. Y esto es lógico si pensamos en que la elección del packaging durante el proceso de I+D puede condicionar la sostenibilidad de etapas posteriores como la distribución, el consumo y post-consumo. Incluso una mala elección del packaging puede afectar a la producción pudiendo ser necesario más personal en la línea de envasado o mayor gasto de energía.
Es por ello que hay muchos esfuerzos por parte de las empresas en la búsqueda de soluciones más sostenibles. Desde la creación de nuevos materiales (como los biobasados) hasta el ecodiseño.
Esto sin perder de vista el reto que suponen los objetivos 2025 y 2030 de la Estrategia Europea de Plásticos: en 2025 más del 65% de todos los envases deberán reciclarse y para 2030 el 100% de los envases plásticos deberán ser reciclables, compostables o reutilizables.
El aumento de la sostenibilidad en cosmética natural pasa sin duda por la revisión del material de acondicionamiento que usamos para envasar nuestros productos. Deberemos encontrar el equilibrio entre innovación, cumplimiento de la normativa y seguridad del producto terminado.
3. Elección de materias primas
Los ingredientes naturales proceden de fuentes, a priori, renovables. Si bien, requieren mayor cantidad de recursos y energía que los ingredientes no naturales. Pensemos en el terreno necesario para el cultivo, la cantidad de agua para el riego o el personal y maquinaria necesaria para el cultivo y la recolección.
Sin embargo, los ingredientes sintetizados en un laboratorio son susceptibles de un mayor control sobre los recursos y energía necesarios para su obtención. Esto siempre y cuando se haga un enfoque desde la química verde o los procesos de obtención biotecnológicos, que son los que en la actualidad están ofreciendo las alternativas más sostenibles.
En cualquier caso, en cosmética natural lo que nos preocupa es la sostenibilidad de los ingredientes naturales. Por ello, ¿qué podemos hacer para conseguir materias primas sostenibles? Buscar y conocer el origen, entorno y circunstancias (cadena de suministro o supply chain) del ingrediente en cuestión. Un ejemplo es el de la certificación RSPO (Roundtable on Sustainable Palm Oil) que asegura la sostenibilidad del aceite de palma.
Existen también iniciativas como la de Mádara que recurre a la biotecnología usando ingredientes procedentes de cultivos celulares. Los cultivos celulares permiten obtener partes de la planta que contienen más concentración de activos de una manera más sostenible, ya que requieren menos gastos de recolección o agua a la vez que se evita la deforestación, porque no necesita grandes extensiones de tierra.
4. Instalaciones y producción
Otro escenario que podemos abordar para mejorar la sostenibilidad en cosmética natural es elegir instalaciones y procesos de fabricación sostenibles. Esto tanto si tenemos nuestras propias instalaciones, como si decidimos externalizar la producción de nuestros cosméticos.
El objetivo se centra en la reducción del consumo de agua, la reducción del consumo de energía, el uso de energías renovables, la reducción de la huella de carbono y también en la correcta gestión de los residuos que genera la fábrica.
Algunas ideas concretas para mejorar la sostenibilidad en cosmética natural son por ejemplo:
- Recolección de agua de lluvia para su uso en baños.
- Instalación de green roofs, que permiten un mejor aislamiento térmico y cuyas plantas absorben CO2, contribuyendo al balance neutro de emisiones de nuestra fábrica.
- Reducción de residuos que van a vertedero y en favor de aquellos reciclables.
- Disminución de mermas de producción, intentando generar la menor cantidad de residuo posible.
- Optimización y correcta planificación de la producción para evitar el “malgaste” de materias primas y/o material de acondicionamiento.
Podemos fijarnos en casos como el de L’oreal que, según su informe de progreso de 2018 sobre sostenibilidad, cuenta con su primera planta seca en Burgos (España). Pero si nuestro laboratorio o el laboratorio en el que fabricamos es más pequeño también podemos hacer cosas, quizá más sencillas, como usar iluminación de bajo consumo o mejorar la ventilación y climatización.
Lo importante es actuar para mejorar. Todo esto no sólo nos permitirá ser más sostenibles como empresa, sino también un ahorro importante de costes.
La CTPA (Cosmetic, Toiletry & Perfumery Association) en su estrategia de sostenibilidad habla de una industria cosmética “net positive” como aquella que provoca un impacto global positivo en la sociedad, el medioambiente y la economía. Podemos interpretarlo como dar lo mismo o más de lo que se quita.
Estos criterios que aplicamos para nuestras instalaciones o nuestra producción, por supuesto son también aplicables a la búsqueda o evaluación de nuestros proveedores. Ya que la sostenibilidad en cosmética natural, como en otros sectores, engloba a toda la cadena de valor del producto, desde su origen hasta su etapa post-consumo.
5. Educación al consumidor
Según un informe de Cosmetics Europe sólo entre el 5 y el 20% del impacto medioambiental de un cosmético se debe a las fases previas al consumo (diseño, materiales – ingredientes + envase, producción – fabricación + envasado-, distribución). Esto deja una gran parte del impacto a las fases de consumo y post-consumo.
Por lo tanto, una de las cosas que podemos hacer para mejorar la sostenibilidad de nuestros cosméticos es educar a los consumidores. Las opciones son infinitas, algunas ideas son:
- Campañas de concienciación sobre el uso de agua durante la ducha (gran parte del impacto medioambiental se debe al uso de productos de aclarado).
- Gamificación para conseguir que el consumidor interactúe, como por ejemplo obtención de puntos por compartir en redes sociales cómo recicla su cosmético.
- Vídeos, como los de la serie “Keskistri” de FEBEA y Eco-Emballages.
- Reducción del material publicitario en el punto de venta.
- Realización de actividades de reforestación con consumidores de la marca.
En la mayoría de los casos, son acciones sencillas que considerar en el plan de acción de marketing y que ejercen un efecto muy positivo en la sostenibilidad de nuestra marca de cosmética natural .
6. Responsabilidad social corporativa (RSC)
La RSC es un concepto transversal que consiste grosso modo en un compromiso por parte de la empresa sobre su impacto en la economía, la sociedad y el medioambiente.
Es por ello que no deja de estar relacionada con el concepto de sostenibilidad. De hecho, tras la publicación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la RSC se ha transformado enfocándose no sólo a la reputación de la marca, sino al cumplimiento de estos objetivos.
Muchas empresas tienen acciones enfocadas a fomentar la inclusión, la justicia y la igualdad de oportunidades. Por ejemplo el grupo L’Occitane tiene una fundación que, entre otros proyectos, ayuda al emprendimiento femenino de productoras de manteca de karité en Burkina Faso. Otro ejemplo podría ser el de Matarrania, que usa ingredientes KM 0 favoreciendo el desarrollo de la economía local y la protección del medio ambiente (menos kilómetros, menos emisiones). Además en su “manifiesto” también se menciona el apoyo a la conciliación de vida laboral y personal.
Para nuestra empresa será importante marcar unos objetivos o ítems referentes a nuestra RSC, ya que la mayoría de ellos estarán íntimamente relacionados con la mejora de la sostenibilidad. Además, la publicación y actualización de nuestra RSC nos ayudará a posicionarnos.
7. Transparencia y trazabilidad
La comunicación es fundamental cuando hablamos de sostenibilidad en cosmética natural.
Por un lado, nos movemos en un mercado en el que el cliente está (muy) informado. Esto a veces puede no ser del todo positivo si no se es claro con la información que se transmite. Desde nuestros laboratorios debemos comprometernos en ser transparentes. Si estamos haciendo las cosas bien, ¿por qué no compartirlas? El cliente nos va a pedir información sobre el origen, la huella de carbono, etc de nuestros productos o nuestras materias primas y packaging y tenemos que estar preparados para responder. Ya no vale con decir que es natural o ecológico, aquí nos preguntamos ¿es sostenible?
Por otro lado, la transparencia y la trazabilidad serán fundamentales a la hora de poder evaluar la sostenibilidad del producto o la empresa. De hecho, la evolución natural de esta “revolución sostenible” pasa por la estandarización. Es necesario presentar informes que acrediten o apoyen con datos reales y tangibles esa sostenibilidad que en un primer momento pudiera presentarse como una declaración de buenas intenciones.
Por ejemplo, certificación RSPO en el caso del aceite de palma o PEFC Y FSC del papel y cartón usado. O el cálculo del LCA (life cycle assesment) de un producto.
En los próximos meses deberemos prestar especial atención al “SDG-washing” al que pueden recurrir ciertas marcas como ya pasó y pasa con el “Greenwashing”.
En la segunda parte de este artículo hablaremos de:
- Evaluación de la sostenibilidad
- Sostenibilidad Global – ODS
- ¿Por qué hacer nuestra marca más sostenible?
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Referencias
https://www.un.org/es/ga/president/65/issues/sustdev.shtml
Carmen Esteban (STAMPA) (2017) Claves en cosmética natural. Norma ISO 16.128 “Guidelines on definitions and criteria for natural and organic cosmetic ingredients and products”. IV Jornada Nacional de Dermofarmacia.
Carlos Monerris (ITENE) (2019) Envase cosmético sostenible: tendencias y retos de la economía circular. Foro de Ideas SEQC “El envase seguro y sostenible como elemento de marketing”.
José V. Calomarde (CIC) (2019) Seguridad del producto cosmético y material de envase. Foro de Ideas SEQC “El envase seguro y sostenible como elemento de marketing”.
https://www.madaracosmetics.com/es/esg
https://www.cosmeticseurope.eu/files/9615/2872/3399/CE_Environmental_Sustainability_Report_2018.pdf
https://www.wgsn.com/beauty/p/article/83809
https://www.acs.org/content/acs/en/greenchemistry/principles/12-principles-of-green-chemistry.html
http://fondation.loccitane.com/?l=1
Escrito por María José Gea. Tutora de Mentactiva.