Los tensioactivos son materias primas fundamentales de la formulación cosmética, tanto natural como no natural. Intervienen en la mayoría de las formas cosméticas con diferentes funciones. En este artículo os explicamos los conceptos clave, profundizando en los tensioactivos con función detergente o de limpieza.
¿Qué es un tensioactivo y qué función tiene?
Los tensioactivos o surfactantes son moléculas anfifílicas, con una parte hidrófila y otra hidrófoba, capaces de disminuir la tensión superficial entre dos sustancias. Gracias a esta propiedad, los tensioactivos se pueden utilizar para varias funciones dependiendo, en parte, de su valor de HLB (Balance Hidrofílico Lipofílico).
Las funciones más importantes son:
- Emulsionante: elemento imprescindible en la formación de emulsiones para mantener la unión entre la fase acuosa y la fase oleosa.
- Detergente: ayuda a arrastrar la suciedad de tipo graso de la piel durante la limpieza con agua.
- Solubilizante: permite que pequeñas cantidades de sustancias oleosas se solubilicen en un vehículo acuoso, sin que se perciba la presencia de la sustancia dispersada.
Tensioactivos detergentes: limpieza facial y corporal
¿Para qué se utilizan los tensioactivos detergentes en cosmética?
La suciedad cutánea está compuesta por sustancias que se acumulan sobre ella y cuyo origen puede ser:
- Endógeno: (suciedad fisiológica): células córneas desprendidas, secreciones corporales ya sean sebáceas o procedentes de la descomposición del sudor.
- Exógeno: partículas del medio ambiente como polvo, contaminantes, restos de cosméticos.
Algunas de estas sustancias pueden ser hidrófilas, como los restos de la sudoración, o lipófilas como el sebo, los restos celulares y la mayoría de cosméticos. Para la limpieza corporal, utilizamos agua pero ésta por si sola no es capaz de arrastrar la suciedad de naturaleza lipófila. Por ello, necesitamos algo que ayude a romper esa barrera entre agua y “aceite” y aquí es donde entran en juego los tensioactivos. Además. algunos tensioactivos pueden realizar la función de booster del sistema conservante.
Tensioactivos emulsionantes
Los tensioactivos emulsionantes son imprescindibles a la hora de crear emulsiones ya que unen las sustancias de tipo acuoso con las de tipo oleoso. Podemos diferenciar entre emulsionantes de tipo A/O (agua en aceite) y emulsionantes del tipo O/A (aceite en agua). En este artículo sobre el emulsionante Emulactive W te damos algunos consejos sobre cómo escoger un emulsioante para tus fórmulas.
Existen algunas ceras, como la cera de abejas, a las que se le suelen atribuir propiedades emulsionantes, pero no las tienen. La estructura de las moléculas que la componen no tiene forma de tensioactivo, por lo que no funcionan como emulsionante por sí solas.
Solubilizantes
Los solubilizantes tienen estructura de tensioactivo, osea que tienen una estructura anfifílica (con una parte hidrófila y otra lipófila). Esto determina su mecanismo de actuación: ayudan a que una sustancia de naturaleza oleosa se pueda disolver en un vehículo acuoso. Su HLB es más alto que en el caso de los emulsionantes, lo que quiere decir que es más soluble en agua que en aceite.
Habitualmente se utilizan para la incorporación de perfumes, aceites esenciales y conservantes oleosos en un vehículo de tipo acuoso (soluciones, suspensiones, geles acuosos, etc.).
Tipos de tensioactivos detergentes según su carga eléctrica
Los tensioactivos se dividen en 4 grupos dependiendo de la carga eléctrica de la parte hidrófila. Dependiendo de en qué grupo se encuentre el tensioactivo, tendrá unas características (poder de limpieza, formación de espuma, capacidad de irritar la piel, etc.) u otras:
- Tensioactivos aniónicos
- Tensioactivos no-iónicos
- Tensioactivos anfóteros
- Tensioactivos catiónicos
Tensioactivos aniónicos
Están formados por aniones cargados negativamente, por lo que atraen la suciedad (carga positiva) con mayor eficacia. Son poco afines a la piel, por lo que pueden causar irritaciones como consecuencia de la alteración de la emulsión epicutánea. Son de bajo precio y suelen ser muy espumantes. Algunos ejemplos son: sales de lauril éter sulfato (alquil éter sulfatos): especialmente la sal sódica (Sodium Laureth Sulfate); o la sal magnésica (Magnesium Laureth Sulfate) que es menos irritante.
Tensioactivos no iónicos
Carecen de carga electrostática. Apenas alteran la barrera cutánea aunque, en contrapunto, forman poca espuma. Algunos ejemplos son: alquil-poliglucósidos: de todos los tensioactivos no iónicos, éstos son los que mejor capacidad espumante tienen. A menudo se combinan con otros tensioactivos como los aniónicos para aminorar las propiedades irritantes cutáneas de estos últimos. (Lauryl Glucoside, Decyl Glucoside).
Tensioactivos anfóteros
Su carga varía en función del pH del medio, pues poseen dos cabezas polares, una con carga positiva (catión) y otra con carga negativa (anión). Se suelen utilizar en combinación con los tensioactivos aniónicos, de modo que se compensa su poca capacidad espumante y mejor tolerancia cutánea con la mayor capacidad espumante de los aniónicos. Algunos ejemplos son: Derivados betaínicos: Cocamidopropyl Betaine, Lauryl Betaine.
Tensioactivos catiónicos
Presentan gran afinidad y sustantividad cutánea pero capacidad detergente muy limitada. Son muy útiles como acondicionadores del cabello por su elevada afinidad. Algunos ejemplos son: Derivados del amonio cuaternario: como el Behentrimonium Methosulfate y Behentrimonium Chloride.
Cómo escoger un tensioactivo según su carga
Existen diferentes factores a tener en cuenta a la hora de escoger un tensioactivo según su carga eléctrica ya que estos confieren unas características únicas a la fórmula según su porcentaje de uso en la misma. Las características que diferencian unos tensioactivos de otros son:
- Capacidad espumante
- Capacidad de irritar la piel
- Capacidad de limpieza (detergencia)
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